No le temas a Satán
ni a su reinado.
Ya que él, al ser siempre malo
es bueno para ti,
porque sabrías a lo que te enfrentas
y puedes alejarte.
Témele a los lobos vestidos de oveja
que pululan en la tierra,
a los que te ofrecen una mano
y te acuchillan por la espalda,
los que se autodenominan amigos
y son capaces de venderte al mejor postor.
No le temas a lo que no estás seguro si existe,
tenle miedo a tu especie,
que es palpable y puedes ver,
la que es buena y mala a la vez.
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