Aquellos que refrenan su deseo lo hacen porque éste es lo bastante débil para ser refrenado.
La capital era un lugar
inhóspito y desagradable,
llena de aburrimiento
y de cemento,
pero apareciste,
y ella se lleno de verde,
magia y aventura...
lograste que mi mundo
azul capitalino
aprendiera a querer
el calor de Santiago.
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