Aquellos que refrenan su deseo lo hacen porque éste es lo bastante débil para ser refrenado.
Y el infierno de Dante se hizo presente,
pasando de la literatura al centro del desierto
consumiendo a su paso los recuerdos materiales
que dolerán aun más por su ausencia
cuando el Alzheimer toque con fuerza nuestras puertas.
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