Me gusta el amor del bueno, del aventurero,
del loco y sin sentido que se vive sin pensar en el segundo que viene.
Aborrezco el amor romántico con el que te adoctrinaron en la niñez
mediante los cuentos de hadas.
Porque yo soy un hombre, un obrero, un peón,
no soy un príncipe y no lo seré jamás,
y tarde o temprano dejare caer toda mi humanidad sobre ti,
para poseerte de forma divina o animalesca
dependiendo del momento, del contexto,
de lo que forjemos y creemos.
No soy bueno, no soy malo,
sólo soy humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario