martes, febrero 19

Me envolví en diario


Esperaba a León o Angélica para cambiar de rumbo.
La profesora me dijo que cuando nacieran sentaría cabeza,
que eso le había pasado a ella.

No fue necesario.
Me aburrí
                      -o mi estómago ya no resiste-.
Ya no me divertía el tomar por tomar con los cabros,
el despertar en algún lugar sin saber ya no era una opción,
prefiero descansar.

Creo que madure.

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