Eres la encarnación del amor
libre en realidad,
la libertad oliendo a vino.
No lo ficticio, ni lo
engrupido.
Eres lo real, lo verdadero.
Alma eterna de toda existencia,
millones de experiencias en
cuerpo de mujer,
representando cientos de
hombres en un número inexistente.
Enseñanzas en dos mil ciento
noventa y sumando.
No
lo puedo explicar, y no me lo puedo explicar.
Pero
lo sé.