No mataste nunca y te
convertiste en un vil asesino.
¿Qué hiciste para merecer esta
condena?
El pueblo brasileño lo sabe, tú
también.
El karma y las divinidades, lo
tenían prometido.
No hay deuda que no se pagué
dijeron,
y estando aquel día bajo los
tres tubos
empezó tu calvario.
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