Piedrazos
de ida y vuelta
capucha
al pelo, manos apretadas,
ventanales
rotos, cortinas cerradas,
cantos
de barra.
Adrenalina
que recorre las venas azules.
La
calma antes de la tormenta,
el
amor en los tiempos del cólera.
¡Esto
es el puerto querida!
(Educación
gratuita y de calidad ahora)
Si
aun no ha vuelto nuestro redentor
solo
nos queda aferrarnos al amor,
reírnos
de la afrenta y lo material
mientras
nos entregamos cariño
arriba de la micro.
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