miércoles, septiembre 27

Con S


No oigo tus pasos,
pues vienes flotando
con la parábola positiva
hacia mis brazos.

Apareces en mi alcoba
como sol en primavera
diciendo con telepatía,
cuanto me deseas.

Miro tus ojos y me desdoblo
para observar cómo nos miramos,
amamos, devoramos,
para finalmente abrasarnos.

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