Hablo de valentía
cuando escape
a la tormenta
desatada del desamor,
no espere al ojo
del huracán
y arranque
a la tranquilidad
de tierras desoladas,
no escuche la bachata
y sólo me fui...
Extraño a ratos
-en penas y ebriedad-
los ojos, labios
y uñas pintadas
de tu femineidad desatada,
tú cuerpo emborrachado
de amor, pasión y entrega...
Lo siento bonita,
pero la balsa en que navego (escapo)
me lleva por una desembocadura
de tranquilidad pura…
Lo siento bonita,
pero así funciona
el amor.
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